“Disaster
Averted”, o cómo Barney intenta deshacerse de la corbata de patitos a cambio de
bofetones (“Goodbye patitos”, podría ser). O la historia del “body-board”. O cómo
el pequeño Hurricane Eriksen (gran nombre, apostamos por él) fue concebido. O
el oso. “El oso”, sí, no hay más. Nos ha
encantado.
Bueno, que podríamos
describir el último episodio de muchas formas, pero básicamente vamos a decir
que nos ha gustado, ahora sí, que llevaban unos cuantos capítulos algo de
bajón. Un gran gran episodio de Marshall (JasonSegel), que es comido constantemente por su propia paranoia –representada
por un osito hambriento muy majo–, por lo que en una de las escenas hace una
gran interpretación de un monólogo del escritor americano Edgar Allan Poe.
Tenéis que verlo (a partir del minuto 4.25).
No es una gran
historia, pero el cambio constante entre presente y flashbacks está bastante
bien. No te aburres. Y los bofetones nos traen bonitos recuerdos, aunque los
habríamos separado un poquito para alargar el sufrimiento. Se acabó la corbata,
pues. Por cierto, acordaros que Barney quiere quitársela porque tiene que
conocer a los padres de Nora…
Hablábamos del título
del capítulo. El de verdad no se refiere al huracán Irene del pasado agosto,
no. Hay que ir hasta los últimos frames de este 7x09 para ver el paso más
grande en la trama. Barney y Robin again, nada más. Bonita última escena con un
Stinson algo demasiado romanticón, poco él.
Y no sacaremos el tema de las botas de lluvia
rosas de Ted, porque ya teníamos suficiente con las botas rojas de country.
Hemos dicho.
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